Sus orígenes son muy remotos, considerándose como una raza autóctona de Checoslovaquia, sin embargo, puede decirse que en su creación, en épocas ciertamente lejanas, han colaborado algunas razas alemanas, descendientes a su vez del antiguo perro de San Huberto. A pesar de tanta historia, solo a partir de 1930 comienza a ser criado con criterios de una estricta selección, y el estándar de la raza, muy minucioso y detallado, con abundancia de indicaciones precisas no hace mucho que fue redactado. Fuera de Checoslovaquia no es muy conocido, y entre los motivos para esto, se encuentran su temperamento que no es tan fácil ni dulce como eI de casi todos los otros perros de rastro.